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Micro-riegos

Los riegos iniciales de arraigo (al plantar) así como los riegos de apoyo y de socorro para el establecimiento de árboles en áreas críticas son en ciertos casos aconsejables (incluso -a veces- imprescindibles) para reducir el riesgo de marras por indigencia hídrica.

Se trata de métodos muy útiles para oasificar (e.d.: restaurar) laderas degradadas en zonas secas. Permiten ampliar el periodo de plantación o de siembra y resultan complementarios a las técnicas de recolección de agua. Frente a éstas tienen como principal ventaja su total independencia de las nubes y sus caprichosas lluvias. Pero también tienen inconvenientes: su elevado coste y la necesidad de disponer de una fuente de agua en cantidad suficiente.

Estos riegos difieren mucho de los practicados en Agricultura, pues no persiguen una alta producción sino el establecimiento de una vegetación leñosa. Se trata de riegos localizados (junto a cada planta), altamente deficitarios (lejos de la capacidad de campo; cerca del punto de marchitez permanente), sub-superficiales o bajo acolchado, y temporales (durante unos pocos años, hasta que la vegetación introducida alcance su autonomía hídrica). Como requieren una dotación de agua muy pequeña (apenas 10 m3/ha/año) suele hablarse de micro-riegos.

Distintos sistemas de micro-riego

Un trabajo sobre este tema puede leerse en la revista Foresta: Riegos de apoyo y socorro.pdf.

A su vez, una comparación económica entre regar y reponer marras se plantea en la siguiente comunicación: Disyuntiva.pdf.

 

 

 

 
  Recolección de agua